Tras una sucesión de empresas en la presatación de un mismo serivicio, la nueva empresa tomó el relevo, asumiendo a 400 trabajadores sin señalar una excepción a la sucesión empresarial. Este traspaso pareció una transición fluida hasta que, un mes después, una trabajadora fue despedida por motivos organizativos. La justicia, al considerar el despido improcedente, destapó la complejidad de la sucesión empresarial.
El Tribunal subraya la importancia de la continuidad laboral frente a los cambios empresariales. La improcedencia del despido de la trabajadora recalca la necesidad de proteger los derechos laborales y garantizar la transparencia en las reestructuraciones empresariales, asegurando que los cambios organizativos no socaven injustamente la estabilidad de los empleados.
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