Un empleado del hospital creó un perfil falso en Facebook utilizando los datos personales del director del centro sin su consentimiento. Envió solicitudes de amistad y publicó expresiones vejatorias en dicho perfil. La empresa despidió al trabajador por motivos disciplinarios, y este demandó a la empresa argumentando despido improcedente.
La sentencia confirma el despido disciplinario del trabajador. Suplantar la identidad en redes sociales y el uso de expresiones injuriosas hacia la empresa y un superior jerárquico tiene consecuencias legales no solo en el ámbito laboral; es un delito y puede llevar a prisión de seis a tres años, según el artículo 401 del código penal.
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