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El trabajador fue despedido por causa de disminución de producción en su departamento, justificado por la empresa. La demanda de despido fue inicialmente desestimada.
La sentencia concluye que el despido del trabajador por causas productivas fue procedente. Se destaca que, para que un despido objetivo por razones de producción sea válido, la empresa debe demostrar la existencia de dificultades actuales, objetivas y relevantes relacionadas con la gestión o eficiencia técnica, organizativa o de producción. Además, se enfatiza que la medida de despido debe ser razonable en términos de gestión empresarial y adecuada para superar las dificultades acreditadas. La sentencia también hace referencia a una jurisprudencia previa que establece que la empresa no está obligada a buscar un puesto vacante para el trabajador antes de realizar un despido objetivo. En este caso, se determina que se cumplieron estos requisitos, y se declara el despido como procedente.